UBRES Y OVOS.

Poetas de gritos
que hablamos
de enojo.

Porqué 
no escribir:
cabreo.

Con palabras
congeladas
que esperan
el microondas
para ser
dirigidas.

Poetas
asexuados.

Que andamos
por la vida
con las bragas
a la altura 
de las rodillas,
haciendo
la revolución
en la pescadería.

Palomitas de maíz:
las reinvidicaciones:

-¡Mea culpa!.

Devoradas
por un amor

que habita
detrás
de los gases
neón y xenón.

Cuando la marea
arrase

y correr no podamos

enterrados
ya todos los dictadores.

¿Vendrán otros nuevos?

Solo sé
que nada
puede salvarse
de la ola del lodo.

Que empecé a escribir
cuando 
Tele Hinco
desapareció
de mis lentes.

Que somos granjas-mazorcas
y no podemos
hablar
de tanta mierda
(perdón 
excremento)

en nuestras bocas...

Siempre quedará 
para los que aún
no ataron
las manos.

Un árbol
donde 
colgarnos.













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